jueves, 14 de marzo de 2019


NOTAS SOBRE UN PROCESO CREATIVO (1)

No escribí la novela “Desde el cuarto de Amadora” (1) de seguido, de una sentada sólo interrumpida por los lógicos intervalos a que me obligaran el descanso o ineludibles períodos de ocio. Me ocupó 8 años, aunque únicamente contaron los veranos. El curso –de septiembre a junio- me demandaba otras dedicaciones, teatrales y docentes.
   Esa discontinuidad me obligaba a leer y releer lo ya escrito, cada vez que, llegadas las vacaciones, reanudaba el trabajo. Había de recuperar personajes y situaciones,  rescatarlos de las páginas donde me aguardaban tal como, detenidos en el tiempo, los había dejado y quedaran el año anterior. Y con la dificultad añadida de hacerlo utilizando el mismo estilo, lo cual me exigía vencer inercias literarias: recién acababa de terminar la temporada teatral en el instituto, y distan de asemejarse el discurso del género dramático y el narrativo. Puedo asegurar al lector que transitar del uno al otro no es tarea fácil.
   A favor contaba con la estructura de la novela. La historia que se cuenta en “Desde el cuarto de Amadora” se nutre de historias varias, bien que entrelazadas entre sí y compartiendo, así sea en cierta medida, protagonistas. Ello facilitaba la vuelta a la obra inconclusa, tras los periódicos –y muy largos- aplazamientos a que me obligaban mis deberes profesionales.
(1)     Se oferta en Amazon.

OTRA MIRADA A "DESDE EL CUARTO DE AMADORA" Es una valoración de la novela. Sólo por leer cosas así, me ha valido la pena escribirl...